¿Quién fue El Gran Condé?

Hace poco se cumplieron 400 años de su nacimiento, te contamos quién fue El Gran Condé:

Luis II de Borbón Condé nació el 8 de Septiembre de 1621 en París. Fue desde su nacimiento un príncipe de sangre real conocido como duque de Enghien en su juventud, era además Príncipe Condé, duque de Borbón, duque de Montmorency, duque de Châteauroux, duque de Bellegarde, duque de Fronsac, entre otros títulos.

Siguió el camino de las armas y desde muy joven, a los 21 años, alcanzó gloria durante la Guerra de los 30 años, un sangriento conflicto que enfrentó a las potencias católicas bajo el liderazgo de los Habsburgo (España) y a los protestantes (Holanda). Estos últimos tuvieron luego de iniciado el conflicto el apoyo de la Francia de Richelieu y de Luis XIII, que, siendo católicos, querían acabar con el dominio español (primera potencia de ese entonces).

Gran Condé
Busto de «El Gran Condé», en el Castillo de Chantilly. Foto del autor.

Don Francisco de Melo, gobernador de los Países Bajos españoles, quería llegar esta vez al mismo París. Contra ello se organizó el Ejército de Picardía dirigido por un joven Duque de Enghien (Luis II de Condé) quien luego de dirigir una carga con la caballería ligera contra los españoles logra entrar en la ciudad de Rocroi. Allí tendrá la noticia del fallecimiento del rey Luis XIII días antes. Esta información se oculta a los hombres para no desmoralizarlos. El 19 de mayo de 1643 tiene la dura tarea de enfrentarse a los temibles tercios españoles, un cuadro de infantería pesada compuesta por piqueros, arcabuceros y mosqueteros, reputado invencible en todas las guerras de la Europa de su tiempo. Durante la batalla, luego de atacar el flanco izquierdo español, Condé conduce su caballería contra el centro contrario y los pone en fuga. Fue una gran victoria que terminó con la reputación de tan temible enemigo.

Rocroi
Impresionante cuadro «La batalla de Rocroi» por Sauveur Le Conte en el Castillo de Chantilly. Foto del autor.

Durante el transcurso de la guerra, Holanda firma un tratado de paz por separado con España dejando sola a Francia. En vista de ello, se vendrán enfrentamientos en los que los españoles tratarán de volcar todo a su favor. En la batalla de Lens, contra el archiduque Leopoldo de Habsburgo, El Gran Condé ordena a sus hombres a no tirar primero en vista que los españoles tenían la vanidosa reputación de siempre dejar al otro dar el primer tiro. Luego de hacer un ejercicio de simulación, en el cual cae la caballería enemiga, ésta es recibida por la guardia francesa y luego cargada por la caballería.  3000 muertos españoles y 5000 prisioneros es el temible saldo. En 1648, en el tratado de Westfalia, Francia dictará las condiciones de paz como nueva potencia mundial.

A pesar de sus servicios a la corona, opera junto con muchos otros nobles en una revolución contra la autoridad del cardenal Mazarino (italiano) y por ende, de manera indirecta, contra el apenas niño rey Luis XIV. Es la famosa Revolución de la Fronda de 1652. Peleó duramente contra los propios franceses incluso aliándose en algún momento con los españoles. Pero luego, en virtud del Tratado de los Pirineos de 1659, recibe el perdón real y además el dominio de Chantilly. En este lugar se dedicó, aproximadamente 20 años, a embellecer su castillo y sus jardines. Sobre todo el parque que encargó a André Le Notre.

Chantilly
El Castillo de Chantilly iluminado durante el evento «Chantilly, le Rocher des Trésors». Septiembre 2021. Foto: Château de Chantilly

En este memorable castillo aconteció la penosa “anécdota” de François Vatel, inventor de la crema de Chantilly, quien durante la fastuosa fiesta que ofreció el Gran Condé a su primo el rey Luis XIV, terminó por suicidarse ante la vergüenza de no poder haber encargado al suficiente cantidad de pescado a tiempo para los casi tres mil aristócratas comensales.

Luego de alcanzar otras grandes proezas militares durante la Guerra con Holanda (1672) pasó los últimos años en su castillo, que se convirtió en la segunda corte luego de Versalles. Allí era visitado por genios de su época como Molière (a quien defendió en el caso Tartufo), Boileau o Jean Racine.

Alejandro Dumas en su obra “Veinte años después” del ciclo de D’Artagnan lo describe como un príncipe héroe digno de imitar durante la Guerra de la Fronda.

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