Has de saber que te encuentras obligado a mí por un lazo tanto más fuerte cuanto más estrecha es la unión del sacramento nupcial que nos une. Lo que te hace tan cercano a mí, como es patente a todos por el amor sin límites con que siempre te amé
En este increíble libro editado por Alianza Editorial se reúnen varios escritos concernientes a la más famosa pareja medieval.

El primero es la Historia Calamitatum o traducida como Historia de mis calamidades. Es un documento que escribió Pierre Abélard supuestamente a un amigo, se puede entender como una epístola abierta también donde el autor escribe sobre su vida y sus desventuras.
Abélard siguió estudios de teología y dotado de una buena presencia física y una gran inteligencia fue durante mucho tiempo una celebridad en París. Existe hasta ahora divergencia sobre la importancia de sus escritos y razonamientos en la historia de la teología o filosofía francesa. Mientras algunas aseguran que fue una luminaria poniéndolo al nivel de Descartes otros niegan cualquier influencia original sobre los estudios de aquella época. Cuando estaba en el culmen de su gloria, ya que tenía muchos alumnos e incluso había desplazado a los grandes teólogos de su tiempo, se enamoró de Eloísa, sobrina del canónigo Fulberto. Abélard, como él mismo confiesa, era una persona que en ese entonces ya había tenido algunas relaciones con mujeres y pocas eran las que se le resistían debido a su gran fama. Aunque afirma nunca tuvo tratos con prostitutas o con nobles, pues consideraba que podrían arruinar su vocación hacia el estudio y el pensamiento. Tanto así se consideraba a sí mismo como un sabio e incluso el mejor.
A pesar de este gran ego, él cayó ante los encantos de Eloísa. Ella era una mujer muy preparada para su época pues conocía el latín, estudios teológicos, la Biblia y por supuesto algunos autores grecorromanos. Sumado ello a su gran belleza, eran para Abélard la manifestación suprema de la perfección en una mujer. Definitivamente, el conocimiento unió a ambos, pues Eloísa era muy estudiosa y conocía mucho de lo que Abélard leía. Esto llevó a Abélard a concebir un plan totalmente intencionado para enamorarla y tener intimidad con ella. Se introdujo a su casa con la excusa de enseñarle como maestro. El tío de Eloísa aceptó y luego se llevó a cabo su relación.

Lo demás se cuenta en el texto. Pero no solo nos habla de su relación con Eloísa sino lo que hizo después. Entre muchas cosas junto con sus seguidores fundó el famoso Paráclito (consuelo) donde se dedicó a la enseñanza. Tiempo después se lo legó a Eloísa y a sus monjas. Cabe resaltar que Abélard vivió todo el tiempo perseguido (él asegura que quisieron envenenarlo muchas veces, pero esto no siempre es creíble) mientras que Eloísa fue totalmente venerada por la gente, incluso por los enemigos de Abélard.
Este libro que cuenta su vida me pareció muy bien expuesto, redactado, aunque es cierto es muy personalista y parcial. Puede aburrir un poco porque tiene muchas citas bíblicas, que ayudan al autor a justificar su comportamiento o sus doctrinas. Los aspectos teológicos también pueden parecer pesados, pero desde luego es el quid de la vida de Abélard y la razón por la que fue denostado también. Se expresa a veces mal de Eloísa aunque cuenta bastante bien su humildad.
Luego, vienen las ocho cartas que se han conservado de los dos amantes. Ésta vendría a ser la parte más importante de todo pues es la obra en sí misma. Todas ellas son del periodo posterior a sus amoríos. Eloísa es priora en su convento, mientras que Abelardo es destinado a vagar por Francia huyendo de sus acusadores y de sus propios miedos. Definitivamente, esto tiene una gran importancia en el tono y el contenido de las cartas de Abelardo. Luego de haber sido acusado e incluso castrado por sus enemigos debió tener muchos traumas y la gran necesidad de verse libre de sus pecados. Es por ello que sus cartas, todas ellas, son bastante frías. Deben tener algo de superioridad o vanidad, pero fundamentalmente respeto y una necesidad de verse en sus cartas bastante alejado del placer o del amor en sí mismo. Suele ser aleccionador.
La carta número 7 ha sido bastante suprimida, según los editores, debido a que no aportaba casi nada y era bastante larga hablando de temas teológicos. Efectivamente, ambos demuestran el gran grado de conocimiento que tenían de las escrituras y libros teológicos (incluyendo cartas de santos o sermones papales). Realmente ambos son un prodigio de su época. Eloísa razona excelentemente y cita muchos autores religiosos con gran maestría. Estas citaciones y extractos los encuentro muy bien puestos, resultan interesantes pues dan muchos consejos que ellos mismos aplican a su vida o circunstancias. Sin embargo, pueden cansar un poco cuando se desvían de la relación entre ambos.
El nombre de esposa parece ser más santo y más vinculante, pero para mí la palabra más dulce es la de amiga y, si no te molesta, la de concubina o meretriz. Tan convencida estaba de que cuanto más me humillara por ti, más grata sería a tus ojos y también causaría menos daño al brillo de tu gloria
Y es que mi interés, por supuesto, como creo que quizás será el de la mayoría de los que leen esta obra es encontrar las partes donde se hablar de amor. Y, de lejos, la que se anima (por lo menos al inicio, luego de las reconvenciones de Abelardo ya no tanto) es Eloísa. Estoy seguro que ella también generará más simpatías que su amante. Por su inocencia, su sacrificio, su comprensión y su consciencia de su lugar en la historia. Son continuos sus reclamos a Abelardo sobre el hecho que él no la visita o no le ayuda a llevar la carga de la culpa sino más bien se aleja de ella. Él, por su parte, le incita a la resignación y a que es lo mejor para ambos.
La carta final es todo un tratado sobre cómo considera él debe conducirse ella, como abadesa del convento, y en general las monjas. Resulta importante porque es un documento histórico en cuanto a pensamiento medieval sobre las funciones y organizaciones de las monjas. Da pautas allí religiosas, de alimentación, de organización, Etc. Pero para mí desde luego le baja la potencia al conjunto total de cartas. Luego, esta edición incluye también algunos textos complementarios: Confesión de fe de Abelardo y las cartas entre Eloísa y Pedro el Venerable. Muy interesantes porque allí ambos hablan sobre la muerte de Abelardo. Eloísa hasta el final siempre lo veneró y por ello pide a Pedro El Venerable la absolución de su amado que también está incluida en las cartas. Así mismo, la mención de Astrolabio el hijo de Eloísa que fue encargado a Pedro El Venerable.
Definitivamente, Abelardo y Eloísa en mi opinión si califica para ser una de esas parejas legendarias en la historia.
Debería gemir por los pecados cometidos y, sin embargo, suspiro por lo que he perdido

Abélard murió el 20 de abril de 1142. Tenía sesenta y tres años. Sus restos mortales fueron enterrados en el Paráclito. Y allí fueron puestos también a su lado los restos mortales de Eloísa veintiún años después (1164). Posteriormente, cuando se creó el cementerio del Père Lachaise de París (1804) fueron sus cadáveres unos de los primeros en depositarse en el nuevo cementerio.
Aunque quizás desconocidos en América, su legado es enorme, muchas obras literarias y artísticas son inspiradas por su historia. Una de ellas es “La nueva Eloísa” de Rousseau, una obra epistolar con una nueva protagonista que también nos deleita con sus escritos de amor.
Soportemos todas estas cosas con tanta mayor seguridad cuanto más injustas nos parezcan. No nos queda duda de que si no añaden nada así nuestros méritos, al menos contribuyen a expiar nuestros pecados