Thomas H. Cook – Elena (1986) [Reseña]

Existe cierta magia en la compra de libros de segunda mano. Ya sea con el objetivo de ahorrar algo de dinero o concretar la búsqueda de alguna edición primigenia, el ejercicio de perderse en las incontables pilas de libros que se acumulan dentro una librería de viejo adquiere un carácter casi sagrado para el bibliómano de turno. Aunque muchas veces la tarea implique que el interesado deba escarbar en un catálogo casi infinito de fútiles títulos, con la esperanza de encontrar algún ejemplar que, a su criterio, resulte digno de ser adquirido.

Menciono lo anterior pues, en vísperas de las fiestas de fin de año, me encontraba perdido en una de las intricadas calles de Mumbai, en el estado de Maharastra, al centro-oeste de la India. Y, a fin de evitar el tumultuoso tráfico, cuyo dominio se extiende más allá de lo que vulgarmente se conoce como la hora punta, opté por caminar de regreso al hotel. Así, en dicho recorrido, me topé con un puesto de libros de segunda mano, el cual se diferenciaba de los demás por la inclusión de algunos títulos norteamericanos.

Curiosamente, no hace mucho había terminado de leer To Kill a Mockingbird (1960), una novela que al principio me costó asimilar, pero que conforme al paso de los días terminó por conmoverme profundamente. Sin buscarlo, la pluma de Harper Lee había renovado mi interés por los autores estadounidenses. Quizás por ello, tras una amena conversación con el dueño de la librería, opté por adquirir uno de los libros que este recomendaba fehacientemente: Elena (1986) de Thomas H. Cook.

Esta novela, publicada durante un punto bastante álgido de la Guerra Fría, se presenta como un recorrido ficticio por la biografía de la escritora norteamericana Elena Franklin, cuya supuesta existencia tomó lugar durante gran parte del siglo XX. Y menciono ese último detalle, pues los hechos históricos de dicho siglo no solo forman parte del marco temporal de la historia, sino que permiten entender mejor los altibajos y cuestionamientos propios de la mencionada literata.

Ahora, si bien la obra tiene como elemento central el relato biográfico de Elena, la pluma responsable de esta tarea no es otra que la de su hermano, William Franklin. Para efectos prácticos de la novela, este esfuerzo de ahondar en la memoria de su hermana se explica a raíz de la inconformidad de Bill con respecto a la biografía “oficial” de Elena, la cual había sido publicada poco después de su muerte. Para William, dicha crónica, centrada superficialmente en su producción literaria, omitía aspectos esenciales, tales como su infancia, la relación con sus padres y, sobre todo, su tendencia al aislamiento.

En ese sentido, Thomas H. Cook despliega magistralmente su técnica narrativa, difuminando su estilo característico dentro de la pluma ficticia de William Franklin. La narración detallada de la vida de Elena, que abarca desde su nacimiento hasta su vejez y muerte, se presenta como un intrincado retrato, pero concebido desde la perspectiva, el cariño y la nostalgia de un hermano. De esa manera, al lector le resulta fácil empatizar con las dificultades que el narrador enfrenta durante el largo proceso de entender una mente tan compleja como la de su hermana.

Pues, si bien el narrador se esfuerza por presentar de forma minuciosa las distintas fases literarias por las que atraviesa Elena a lo largo de su vida, es posible notar que el objetivo principal de este recorrido biográfico no es otro que el de ahondar en los dilemas y cuestionamientos internos que esta sufrió a consecuencia de su lucidez. En otras palabras, dentro de la novela, William se sumerge dentro de las “obras completas” de su hermana, a fin de comprender cómo Elena lidió consigo misma para, finalmente, aceptar su soledad.

Este retrato ficticio le permite a Thomas H. Cook tejer una trama conmovedora desde espacios poco fáciles de maniobrar, tales como la nostalgia, el aislamiento y la memoria de un ser querido. De ese modo, la obra puede entenderse más como una invitación a reflexionar en torno a las dificultades propias de nuestra existencia, antes que como la simple biografía de una escritora que jamás existió. Gracias a los recuerdos y reflexiones de William Franklin, el lector podrá caer en la cuenta de que, muchas veces, la lucidez puede ser tanto un regalo como una condena.


Valoración: 3.0/5.0
Ficha técnica
Autor: Thomas H. Cook | Título original: Elena
Año de publicación: 1986 | Editorial: Houghton Mifflin Harcourt
Número de páginas: 435