200 años de la Batalla de Ayacucho

El 9 de diciembre de 1824, hace más de 200 años, se llevó a cabo una batalla entre el ejército realista español y un ejército sudamericano que decidió el destino de Sudamérica. Todos los países sudamericanos hasta entonces independizados de España tenían la gran necesidad de destruir el gobierno y ejército peninsular que aún subsistía en el Perú, centro desde siempre del virreinato español.

Luego de la Proclamación de la independencia del Perú, realizada por el general argentino José de San Martín en la ciudad de Lima el 28 de Julio de 1821. San Martín comandaba un enorme Ejército de los andes compuesto sobre todo de argentinos y chilenos a los cuales se les unieron algunos peruanos. Los españoles, dirigidos por el virrey José de La Serna, se vieron obligados a retirarse hacia la sierra, aunque aún Rodil ocupó el Castillo del Real Felipe en el Callao.

San Martín no logró derrotar al ejército español que era bastante nutrido aún. Los generales Tristán y Gamarra sufrieron la terrible derrota de la Macacona; la primera expedición de puertos intermedios organizada por el Protector acabó en las derrotas de Torata y Moquegua. Luego de que el argentino dejó el Perú, el presidente Riva Agüero organizó una segunda expedición al mando de Santa Cruz y Gamarra, que lograron una victoria en Zepita pero luego de algunos combates se replegaron en tremendo desorden con mayores pérdidas que ventajas …. Era claro que el Perú por sí mismo no pudo lograr la derrota del virrey.    Los españoles, en realidad, controlaban gran parte del territorio. Estaban estacionados en el Cuzco, ciudad que se convirtió en su nuevo fortín ya que contaba con el apoyo de la población y tenían un gran contingente entre Puno y Arequipa, sin contar las tropas del Alto Perú al mando de Olañeta.

A pesar de la superioridad numérica realista, las cosas empezaron a cambiar de rumbo para ellos. En enero del año 1824 Olañeta se rebela contra la autoridad del Virrey La Serna y priva a los españoles de un numeroso ejército. Por otro lado, desde Venezuela y Colombia llegaron los ejércitos libertadores dispuestos a destruir a La Serna. Los dirigía los generales Simón Bolívar y Antonio José de Sucre. El 6 de agosto de 1824 los patriotas logran una clara victoria, gracias a la intervención de los “Húsares del Perú”, frente a la caballería realista. Para ese entonces, ya la tropa del virrey estaba bastante desmoralizada. Recordemos que la gran composición de esta (70%) eran “peruanos” o de otros países vecinos, mientras que la minoría eran españoles venidos de Europa leales al rey. La deserción previa fue tremenda y durante la batalla final también.

Es así que la mañana del 9 de Diciembre de 1824 encontró a los dos ejércitos frente a frente en la Pampa de la Quina, Ayacucho. Antes de dar la vida por el ideal de cada ejército, se permitió a los soldados intercambiar un saludo. Era algo obviamente muy deseado por todos, ya que, entre los ejércitos del Virrey y de Antonio José de Sucre, habían amigos, familiares y hasta hermanos en diferente bando. Sucre comandaba las tropas del Ejército Unido libertador, siendo su jefe de estado mayor el General Agustín Gamarra. Bolívar no estuvo presente en esta importante batalla.

El ejército patriota contaba además de sus jefes principales con la División Peruana comandada por el Mariscal La Mar que tenía a los batallones Legión, 1, 2 y 3; la Primera división colombiana comandada por el General Lara que tenía a los batallones Vencedor en Boyacá, Vargas y Rifles, la Segunda división colombiana comandada por el General Córdoba que tenía a los batallones Bogotá, Pichincha, Voltígeros y Caracas; y finalmente la División de Caballería comandada por el General Miller que tenía a los regimientos Húsares de Colombia, Granaderos de Colombia, Húsares de Junín y Granaderos de los Andes. El ejército realista estaba comandado por el Virrey La Serna, siendo su jefe de estado mayor el Teniente General Canterac. Tenía a la División de Vanguardia comandada por el Mariscal Valdez que tenía a los batallones Centro, Cantabria, Castro y 1° del Imperial, la Primera División comandada por el Mariscal Monet que tenía a los batallones Burgos, Infante, Guías, 2° del Primer regimiento y Victoria, la Segunda División comandada por el Mariscal Villalobos que tenía a los batallones 1° del Primer regimiento, 2° del Imperial, Fernando VII y al regimiento Gerona; y, finalmente la División de Caballería comandada por el Brigadier Ferraz que tenía a los regimientos Granadores de la Guardia, Dragones de la Unión, Dragones del Perú, Húsares de Fernando VII, San Carlos y Alabarderos del Virrey.

Sucre arengó a sus tropas con la frase: “De los esfuerzos de hoy depende la suerte de América del Sur. Otro día de gloria va a coronar vuestra admirable constancia, ”. El ataque lo empezaron los españoles y ya desde un inicio hubo una falta de coordinación al descender del cerro Condorcunca hacia donde estaban los patriotas. La batalla duró tres horas, fue durísima y hubo valor de ambas partes. Finalmente, muchos del ejército del virrey voltearon armas contra sus propios jefes, otros se rindieron y se pasaron al bando patriota. El propio virrey fue herido y hecho prisionero. El resultado fue inapelable. El ejército español se rindió y firmó la Capitulación de Ayacucho, donde se estipulaba que el Perú era independiente del gobierno español y se les daba facilidades para irse del país o quedarse en él siempre y cuando aceptaban la independencia. Así fue como el principal núcleo del poderío del ejército español fue completamente aniquilado. Luego de eso ya ningún intento serio de resistencia a la liberación del Perú pudo realizarse por parte de España.

También es un punto de reflexión y nostalgia pues muchos de los que estuvieron ahí como hermanos luego se pelearon como enemigos.

El monumento actual, que se encuentra en Ayacucho, se construyó por los 150 años obra del español Aurelio Bernardino Arias y se inauguró el 9 de Diciembre de 1974. Están las estatuas de los siguientes participantes en la batalla: Antonio José de Sucre, Agustín Gamarra, José de la Mar, José María Córdoba, Jacinto Lara, yGuillermo Miller

Conmemoraciones

Hubieron muchas conferencias virtuales y presenciales para conmemorar este magno evento. Se destaca en noviembre del 2024 la del Centro de Estudios Histórico Militares del Perú (CEHMP), el Instituto Argentino de Historia Militar y la Academia Colombiana de Historia Militar donde se ofreció un homenaje y distintos puntos de vista de los países involucrados.

También se realizó como todos los años la recreación de la batalla de Ayacucho en la Pampa de la Quina pero en una especial ocasión.

El Comercio en su página de Youtube con la colaboración de la Dra. Carmen McEvoy ha subido un playlist denominado Ayacucho: camino a la victoria impensable:

Se puede disfrutar de varios capítulos dedicados a esta batalla.

Las novedades editoriales también han sido abundantes durante el bicentenario destacando no solo libros peruanos sino también de otros países como Ecuador o Venezuela. A continuación, presentamos algunos de los libros que han sido publicados a raíz del Bicentenario de la Batalla de Ayacucho:

Ayacucho. La batalla final por la independencia del Perú. Autor: Gastón Gaviola. Editorial: Penguin (Ediciones B)

El bicentenario de la Libertad de América. Junín y Ayacucho 1824 – 2024. Editor: Eduardo Arroyo Laguna. Editorial: Universidad Ricardo Palma

Ayacucho, 1824. El fin del ciclo revolucionario. Autora: Natalia Sobrevilla. Editorial: Fondo de cultura económica.

Historia general sobre la guerra de Independencia del Perú y la Batalla de Ayacucho. Autor: Gotardo Almonacid. Editorial: Universidad de Huamanga

Ayacucho. La última batalla de la independencia americana. Autor: Justo Cuño. Editorial: Catarata (España)

Finalmente, existen muchísimos otros libros, aparte de las novedades editoriales antes mencionadas, que se pueden revisar sobre esta época de la independencia peruana.

Memorias del Mariscal Miller

Memorias de García Camba

Memorias de Cortegana

Historia del Perú de Jorge Basadre